La verdad es como una manta que siempre te deja los pies fríos.
La estiras, la extiendes y nunca es suficiente.
La sacudes, les das patadas pero no llega a cubrirnos.
Y desde que llegamos llorando, hasta que nos vamos muriendo, sólo nos cubre la cara mientras gemimos, lloramos y gritamos.
EL CLUB DE LOS POETAS MUERTOS.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario